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Factor crucial en los usos y costumbres de la Tribu Yaqui, son sus celebraciones religiosas. Los centros ceremoniales, considerados por la etnia como lugares sagrados como es tradición ancestral, son no solamente un centro de reunión, sino un ícono de su cultura.

Cada una de sus iglesias tiene un gran valor para cada pueblo, pero también para cada miembro de la comunidad yaqui.

Por esta razón, la conservación de estos centros ceremoniales es una prioridad para los representantes de las comunidades yaquis, como es el caso de sus autoridades tradicionales, sus gobernadores y autoridades eclesiásticas también.

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Con los acuerdos que IEnova y la Tribu Yaqui hicieron como parte de la consulta para construir el Gasoducto, se ha planteado que se atiendan las necesidades sociales más importantes de la comunidad. Por eso, es natural que Fundación IEnova haya destinado en los últimos años una significativa inversión para la conservación y remozamiento de estos importantes centros ceremoniales, a quienes los yaquis llaman “su templo y su conexión con Dios”.  Algunos de estos templos beneficiados, que presentaban bastantes daños estructurales fueron los de Huiribis, Vícam, Rahum y Pótam. 

En cada una de las iglesias de estos poblados, se realizaron diversas actividades para mejorar su aspecto tales como pegado de ladrillo, enjarre de paredes, pintura, instalación de cristales, iluminación y lámparas, ventiladores industriales, baños para hombres y mujeres con sus respectivos muebles, tinaco y bomba para el agua. 

Además de la instalación de contactos y apagadores eléctricos e impermeabilización de los cuartos adjuntos, entre otras cosas. 

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Carlos Aguilar López, yaqui perteneciente a Pótam, compartió que los arreglos que la Fundación hizo en el templo del poblado fueron de gran importancia, pues eran muy requeridos.

Nosotros somos muy apegados al catolicismo, a la religión, por lo menos una vez al mes hay una fiesta de un santo, por eso el no dejar caer los templos es algo muy importante y que beneficia mucho a todos los pobladores”, recalcó.

Agregó que da gusto ver la iglesia más bonita de lo que ya era, manifestó, saber que tiene garantizada más tiempo de vida y uso, para poder compartir dentro de ella muchos momentos agradables, como hasta la fecha. 

Luis Ángel Jusacamea, de Huiribis, expresó que los trabajos que la Fundación hizo en su templo vinieron a darle vida de nuevo, ya que se encontraba deteriorado y un poco olvidado

Todos notamos cuando empezaron a trabajar en el templo, porque cobró vida de nuevo, y eso es bueno, da más gusto asistir, está más bonito que nunca”, puntualizó.

Al igual que ellos, miles de pobladores se vieron beneficiados con este programa que busca reforzar el compromiso que la Fundación tiene con las comunidades donde la empresa tiene presencia, apoyando su desarrollo y una mejor calidad de vida para sus habitantes.