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Contra toda adversidad y motivadas por sus deseos de salir adelante, así como poner en alto el nombre de su comunidad, 16 mujeres Yaquis actualmente cursan diversas carreras profesionales y posgrados en la Universidad La Salle Noroeste.

Provenientes de las comunidades de Cócorit, Pótam, Vícam Switch, Bahía de Lobos, Guásimas y Loma de Guamúchil, cada una de ellas tiene un objetivo muy particular, además de lograr titularse, ser inspiración para todos los jóvenes de su etnia quienes por sus condiciones socioeconómicas piensan y sienten que no pueden tener acceso a mejores oportunidades.

Ellas, pudieron ingresar a la universidad gracias a Fundación IEnova y Pro Becas Sonora, quienes brindan apoyo a estudiantes en condición vulnerable para hacer posibles sus sueños.

Compartieron que no todo es estudio, algunas de ellas complementan sus actividades escolares diarias con un trabajo; en abarrotes, tortillería, limpiando casas, cajera, mesera, vendiendo comida, en el campo, niñera, en maquilas, entre otros, los cuales, también les ayudan a convertirse en personas más responsables.

Quieren tener mejores ingresos para sacar adelante a sus padres y familia, ayudar a la gente de su comunidad y también hacerle ver al mundo que los indígenas son como cualquier otra persona y no deben ser discriminados.

Una de ellas mencionó, que regresar a su pueblo con su título profesional sería un gran logro y una muestra clara de que si uno lucha, a pesar de vivir en un pueblo pesquero y sin servicios como agua y luz, se puede superar.

Otra estudiante, dijo, que su motivación fue aspirar a una vida diferente a la que tenía. “Mi motivación era salir del pueblo y aspirar a otra vida a pesar del pensamiento egoísta de mi familia quienes no creían en mí y en lo que puedo llegar a lograr”, detalló.

Lo más difícil de estar estudiando lejos de casa es estar alejadas de su familia y no saber las condiciones en las que se encuentran, tener que adaptarse a la ciudad y convivir en una cultura diferente con sus compañeros de clase.

Una vez que se conviertan en profesionistas, dijeron aportarían cosas muy buenas a sus comunidades como: pláticas, conferencias y cursos a los jóvenes para motivarlos a estudiar, talleres para promover la educación, realización de actividades y proyectos que ayuden al desarrollo de sus poblados con base a sus usos y costumbres.

Destacaron que si los lugares de donde son originarias tuvieran más profesionistas y oportunidades, sin duda habría más proyectos de desarrollo, más personas estudiando, mejores valores, mejor economía y menos carencias, mejoraría la calidad de vida, a la vez que se preservaría mejor su cultura.